La búsqueda de trastornos del neurodesarrollo debe ser parte integral de nuestra practica clinica diaria. Los retrasos, rezagos, desvíos, retrocesos de los hitos del desarrollo deben levantar alarmas en todos los profesionales de la salud que están en contacto con pacientes en las edades pediátricas.
La sospecha de trastornos del neurodesarrollo particularmente los retrasos, es una de las preocupaciones más comunes de los padres; es una parte importante de las citas de control pediátrico, también llamadas consultas de crecimiento y desarrollo; y es una consultas más frecuentes al neuropediatra que se dedica a neurodesarrollo.
La terminología más reciente, prefiere referirse a estas alteraciones como trastornos del neurodesarrollo; en lugar de trastornos del desarrollo psicomotor.
¿Cuál es la diferencia?
Principalmente, la escala de Denver y otras, enfocaban su evaluación del desarrollo basada en hitos motores gruesos y finos, habían hitos del lenguaje y la socialización, pero no se le daban mucha importancia. En las escalas de evaluación, más recientes, además de los hitos motores gruesos y finos, se extienden los hitos sobre comunicación y socialización.
Los trastornos del neurodesarrollo están tipificados en la última edición del manual estadístico de las enfermedades mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría, el conocido DSM-V publicado en el año 2013.
Para efecto de este artículo, por solicitud de los editores, me voy a referir a retrasos del desarrollo “psicomotor” como alteraciones de tipo “motor” en los lactantes.
¿Qué son los hitos del desarrrollo motor?
Son las habilidades motoras o destrezas físicas que deben adquirir los lactantes en los primeros años, a medida que crecen. Hay habilidades que se van desarrollando gradualmente, de acuerdo a un orden programado y esperado para cada edad. Para cada hito del desarrollo hay una edad esperada y un tiempo óptimo. Sostener la cabeza, girar, voltearse, sentarse, gatear, colocarse de pie, caminar, correr, agarrar objetos, dejarlos caer, sostener con los dedos.
¿Cómo podemos realizar estos diagnósticos?
Para la evaluación de los trastornos motores, existen cuestionarios de pesquiza o tamizaje que debemos aplicar a cada niño, en las citas de evaluación de crecimiento y desarrollo en el primer año de vida y de acuerdo a cada edad hay hitos esperados en cada niño. Esto nos permite detectar a niños con sospecha de trastornos en esta área del desarrollo, de esta manera pueden ser derivados a distintos profesionales para diagnósticos de trastornos específico. Afortunadamente, la mayoría de los niños tendrán un aumento del tono muscular como causa de su retraso del desarrollo motor y en estos casos, estos niños deben ser derivados para su evaluación y terapia con los profesionales de intervención temprana y orientación familiar; algunos requieren evaluación por fisiatría y otros, ameritan atención con terapia ocupacional.
¿Cuáles son las causas?
Son múltiples y variables! Hay alteraciones genéticas, malformaciones congénitas, enfermedades durante el embarazo, alteraciones intrauterinas, infecciones perinatales, traumas durante el nacimiento, errores del metabolismo, malformaciones del sistema nervioso central, entre muchas otras más.
¿Qué hay que hacer?
Lo principal es vigilar que el bebé vaya desarrollando los hitos del desarrollo de acuerdo a lo esperado y darle mucha importancia a esta parte de la evaluación, durante las citas con su pediatra. Su médico le orientará basado en una extensa historia clínica y una exploración del bebé, cuales son las probables causas y le orientará sobre los estudios de laboratorio y gabinete necesarios que hay que realizar, y sobre la posibilidad que otros profesionales de la salud, también evaluén a su bebé, como por ejemplo: neurología pediátrica, medicina física y rehabilitación, genética, oftalmología, foniatría, entre otros.
Estos trastornos son dinámicos, es decir van modificando su presentación y las caracterísitcas de los síntomas ocn el paso del tiempo; de manera que su detección y diagnóstico no es fácil. Inclusive algunas presentaciones son muy sutiles y pueden pasar desapercibidas para la abuela, los padres, familiares, médicos, terapistas, etc. El abordaje interdisciplinario aumenta las posbilidades de diagnóstico y la mejor medicina es la prevención. De manera, que los niños deberían participar de programas de estimulación o intervención temprana para reducir la prevalencia de los mismos.